Desmitificando al psicólogo
Si te duele una muela, vas al dentista, si tienes un problema de
salud, vas donde un médico, si tienes un problema legal, consultas con
un abogado, si tienes un problema financiero, llamas a un contador o a
un economista. ¿Por qué no consultar a un psicólogo o a un
psiquiatra cuando me siento nervioso, intranquilo, angustiado, tengo
problemas emocionales o no puedo comunicar mis ideas, mis pensamientos o
mis sentimiento a los demás, o mi comportamiento me causa problemas o
causa problemas a otros o no logro salir adelante y progresar?
El común de la gente tiene la idea irracional de que consultar con un
psicólogo o un psiquiatra y asistir a una psicoterapia significa que
uno está “loco” o que es un “enfermo mental”.
La idea irracional de que los psicólogos y los psiquiatras tratan
solo a “locos” proviene probablemente de la aureola de misterio y
secreto que se le ha creado a estos profesionales. Persiste además la
idea de que “los trapitos se lavan en casa”. Hay temor a demostrar
nuestras incapacidad o limitaciones, nos resistimos a otros conozcan
“nuestros secretos” o por la resistencia al cambio y las defensas que
utilizamos al adaptarnos a situaciones nuevas o diferentes o por temor e
ignorancia de la labor que cumplen estos profesionales.
Los avances de la ciencia y de la tecnología, además de los estudios
que se han realizado y se realizan en la actualidad, nos proporcionan un
conocimiento cada día más profundo del ser humano y de sus
manifestaciones. La psicología, ciencia que estudia los procesos
mentales y la conducta de las personas, nos puede informar cómo los
seres humanos sienten, piensan, aprenden y conocen para adaptarse al
medio que les rodea y nos ayuda a conocer y explicar su comportamiento a
través de diferentes teorías, además de predecir sus acciones futuras
pudiendo intervenir sobre ellas.
Todos, en algún momento de nuestras vidas, como seres humanos que
somos y que interactuamos dentro de una sociedad, nos hemos enfrentado a
conflictos y traumas. Nuestra adaptación a ciertas circunstancias y
hechos pueden haber sido difíciles y dolorosos- El sufrimiento
probablemente nos hayan cuasado trastornos y síntomas que nos hayan
hecho sentir limitados e incapaces encontrar solución al problema, por
nuestros propios medios. Algunos probablmente han acudido a un familiar
o persona de confianza; se alivió el sufrimiento y el problema,
aparentemente se solucionó. Pero en muchos casos y en especial aquellos
en los que no se han aportado soluciones. los problemas y síntomas se
mantienen con consecuencias en nuestra vida personal, en nuestro
trabajo, en nuestra familia.
La terapia aplicada por un profesional de la psicología o la
psiquiatría, es una asistencia o ayuda que se diferencia de la ayuda
informal porque proviene de una persona formada y autorizada para
prestar esa ayuda y lo apoyan teorías científicas que le permiten
determinar el origen de los trastornos y la forma de aliviar sus
consecuencias
Ir a un tratamiento con un profesional de la psicología o la
psiquiatría no nos limita ni nos incapacita. Es un profesional
especialmente entrenado para brindarnos ayuda solidaria, para lograr una
mejor comprensión y aceptación de nosotros mismos y cambiar nuestras
actitudes hacia nosotros, hacia los demás y hacia el mundo en general.
La terapia que nos brindan constituye una situación de aprendizaje en la
cual se va a producir una reeducación emocional y una reestructuración o
entrenamiento de la funciones de comunicación y de relación, las
cuales se consideran afectadas en la persona.
Es un campo privilegiado donde la persona tiene la oportunidad de
tomar conciencia y lograr verse como realmente es y no como creía ser.
Nos revela el sentido de las conductas que en lo cotidiano de la vida
parecen neutras, aunque se sufra por ellas. Así, los síntomas o
trastornos van resultando significativos en la medida misma que vamos
comprendiendo el papel que juegan en nuestra vida y nuestra salud.
El objetivo entre otros, es disminuir el sufrimiento y el malestar
psíquico, los sentimientos de angustia; eliminar o adecuar los
sentimientos de insuficiencias, logrando una mejor aceptación de sí
mismo; desarrollar habilidades y capacidades que están en déficit y
crear una mayor disposición hacia las relaciones interpersonales,
disminuyendo o eliminando sus trastornos en la comunicación con los
otros y la inadecuada resolución de conflictos; excluyendo con
realidades, información y lógica, los mitos, creencias e ideas
irracionales que nos provocan dificultades emocionales y de
comportamiento; disminuyendo o eliminando diversos trastornos psíquicos y
somáticos que como consecuencia de los primeros (o a la inversa) están
presentes en nosotros y por último, lograr que el pasado no nos agobie,
vivamos el presente y planifiquemos nuestro futuro con expectativas
positivas. En otras palabras, nos ayuda a mejorar nuestra salud mental,
familiar, laboral y social.
0 comentarios:
Publicar un comentario