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martes, 17 de julio de 2012

REFLEXIÓN: El Querer y no querer en pareja

Querer a alguien significa querer su felicidad por encima de la tuya, incluso si esa felicidad significa que esa persona ya no esté a nuestro lado.
Querer a alguien es quererlo como es, no se trata de un desafío personal por querer cambiarlo y como, al final no lo conseguimos, dejarlo porque no es lo que nosotr@s buscábamos.

Querer a alguien es amarlo sin condiciones, sin peros...

Querer a alguien es sentirse libre, poder ser un@ mism@ en cada momento.

Querer a alguien es pensar que tal vez algún día, ese alguien ya no esté en tu vida.

Querer a alguien es sentir, disfrutar, tocar la felicidad, vivir.. y todo lo contrario de eso.. para mí, ya no es querer.

Las parejas se unen, se quieren, se aman, disfrutan y también difieren... Las parejas también se separan, se dejan de querer y de amar, dejan de disfrutar y siempre acaban discutiendo..

Y esto que significa? Simplemente que una etapa se finaliza para empezar otra seguro que mejor, el acabar una relación causa dolor, lógico y normal, pero nada dura eternamente, ni siquiera ese vacío y dolor.. al final todo se suaviza, todo se acaba viendo cada vez más claro..
Sintamos ese dolor para después acabar sintiendo alivio para después poder sentir alegría.

Sólo cuando nos sentimos infelices podemos valorar el sentirnos felices.. porque sólo cuando un@ ha tocado fondo puede subir más y más hasta acabar tocando el cielo.. PORQUE TODO DEPENDE DE UN@ MISM@!!

Que tu felicidad dependa de ti y no dependa de nadie.. sólo así podrás experimentarla dentro de ti!

¡Psiconéctate!
 
www.psicologiabreve.es

viernes, 1 de junio de 2012

¿Qué es el perdón verdadero?


Que es perdonar
Perdonar auténticamente requiere un cambio de percepción, una nueva forma de considerar a las personas y circunstancias que nos han causado dolor. No significa validar, justificar ni aceptar que otra persona tenía razón. Más bien nos enseña a considerar que hay otras maneras de ver el mundo. Recordemos que las percepciones son en realidad una opción. Al cambiar nuestro enfoque de percepción, también cambian automáticamente nuestras reacciones emocionales.

El perdón implica reconocer que, bajo el comportamiento falto de sensibilidad de esa persona que nos causó daño, hay necesidades o emociones ocultas, mismas que he agrupado en tres clases principales:

  • Desamparo, inseguridad o miedo.
  • Necesidad de reconocimiento o de demostrar poder, autoridad.
  • Una petición de respeto, amor, amistad o aceptación.

Una persona que se considere emocionalmente sana no busca agredir, dominar ni obstaculizar el trato; mucho menos, dañar física o moralmente a nadie. Esto sólo lo hace aquél que muy en su interior se siente descontrolado, dolido, confundido, desvalido, envidioso, impotente, temeroso o incluso trastornado en algún sentido.

Cuando escuchamos las palabas y los sentimientos que no se dicen, con profunda atención, generalmente podemos captar de alguna manera una voz en el interior del otro que clama por respeto, poder, reconocimiento o validación como ser humano.

Ciertamente, reaccionamos de muy variadas maneras ante la petición de fondo que se esconde bajo los agravios de otra persona: podemos, simplemente, marcharnos de su lado, imponer ciertas exigencias en caso de que nuestro trato tenga que continuar; si es un ser muy querido, podríamos desarrollar la compasión hacia el probable dolor interno que lleva consigo para comportarse de esa manera, etcétera. La reacción también será siempre una elección muy personal. Perdonar no implica necesariamente que vayamos a estrechar la mano o fundimos en un tierno y amoroso abrazo con quien nos ofendió.

El perdón es un proceso que nos pide cambiar nuestras percepciones una y otra vez. Al cambiar la perspectiva personal a una visión más amplia, surge una mayor disposición a la comprensión, compasión y respeto por uno mismo y por los demás. El perdón radica en cómo percibimos los eventos y en las conclusiones nuevas, más tranquilizadoras, a que llegamos sobre las personas y circunstancias de la vida.

Razones para perdonar

 

Así como existen ciertas razones para no perdonar, también existen otras, igualmente válidas e importantes, para otorgar un perdón de corazón.

De entrada, cuando nos centramos en el resentimiento y la culpa, nos perdemos y nos estancamos emocionalmente; perdemos la capacidad de disfrutar de la vida y de las relaciones interpersonales. En cambio, al perdonar auténticamente nos liberamos de toda esa carga emocional y del papel de seguir siendo las eternas víctimas, además de que trascendemos nuestros juicios y percepciones limitantes, agobiantes y dañinas. Vivir sin perdonar es vivir separados. La liberación de esta clase de aflicción comienza cuando reconocemos el dolor y nos permitimos integrarlo.

Cuando estas emociones desagradables son reprimidas o negadas, pueden dominar nuestra personalidad. Por ejemplo, si no buscamos una forma de liberar nuestra ira, ésta puede filtrarse en nuestro manejo cotidiano en forma de miedo, sarcasmo, aislamiento, agresividad o estallidos de cólera, comportamientos pasivo-agresivos y dificultad para establecer relaciones humanas Íntimas con un mínimo de satisfacción. Además, hoy sabemos que si estos sentimientos se hacen crónicos, podemos llegar a somatizarlos en forma de constantes dolores de cabeza, trastornos digestivos o dolores de cuello o espalda, entre otros.

La explicación es relativamente sencilla: guardar por años una ira es un factor de estrés vigente, que se vuelve crónico y las manifestaciones corporales no se hacen esperar.

Efectivamente, negar el dolor emocional sólo obstruye la comunicación mente-cuerpo y reduce nuestro percatamiento consciente. Así, al limitar nuestra percepción consciente de las necesidades corporales, lo más probable es que la información nos llegue por una vía inconsciente (como un doloroso síntoma). Lamentablemente, no siempre es fácil distinguir o descifrar la comunicación de nuestras señales inconscientes.

Un factor importante para el cuidado de nuestra salud es entender que ésta depende en gran parte de la capacidad de comunicamos con nuestra propia sabiduría interna (corporal, en este caso).

Una vez más, insisto en la importancia de no simplificar excesivamente los razonamientos: obviamente, esto no es una fórmula matemática con la cual podamos decir que cada vez que nos aqueja un dolor de cabeza, esto representa una ira no expresada.

Mientras sigamos atados a un recuerdo, asfixiados por la soga quemante del odio, difícilmente podremos acceder al verdadero potencial de nuestro propio ser para sanar. Seguiremos siendo prisioneros del pasado. No en vano muchos místicos han mencionado que la amabilidad y la compasión son la raíz de la sanación.

Cuando no perdonamos y no dejamos ir esas emociones desgastantes, nuestra vitalidad se ve necesariamente trastocada y conviene recordar que ésta determina en gran medida la calidad de nuestra vida. Esta fuerza es debidamente aprovechada sólo por las personas que han sabido aceptar e integrar sus diferentes dualidades internas: mente-cuerpo, niño-adulto, alegría-tristeza, etcétera. Sólo esta clase de persona es quien muestra un entusiasmo y energía casi inagotable ante los constantes retos de la vida moderna porque no sufre de las limitantes del individuo promedio que lleva en su interior su propia carga excesiva.

La conclusión es siempre la misma: el amor es la energía más poderosa del mundo, aunque también la menos conocida"  ~ Teilhard de Chardin
Además, aprender a perdonar nos enseña también que podemos estar en franco desacuerdo con alguien, sin tener que retirarle nuestro afecto.

Al perdonar establecemos un compromiso personal con la verdad, con el respeto a nosotros mismos y la paz interior. Así, podemos salvar los obstáculos que nos impiden, en nuestras relaciones, tener un contacto pleno con el amor, la ternura, la amistad, la confianza y el compromiso maduro.

Pero más que el punto de vista de un ideal romántico, el compromiso del perdón nos predispone a trabajar activamente y con un verdadero compromiso, con las situaciones que surjan en una relación, acercándonos de manera más íntima, respetuosa y honesta a la otra persona.

Por otro lado, mientras no sanemos las heridas que hemos acumulado en el paso de nuestra existencia, tenderemos a repetir de manera compulsiva los viejos patrones del pasado ante gente nueva en la vida. Esto significa, en pocas palabras, que nuestro verdadero poder y creatividad no se manifestarán con todo el esplendor de que somos capaces.

El perdón es una forma de desaparecer las percepciones que obstaculizan nuestro pleno desarrollo personal, nuestro bienestar y disfrute de la vida.

Por José Ignacio Fernández de la Vega en SaludTerapia.com


www.psicologiabreve.es

lunes, 28 de mayo de 2012

Adictos a la Infelicidad

Es sorprendente (cuando se desconocen las verdaderas causas), ver cómo existe gente se auto-boicotea, de cómo observamos a personas, quizás muy queridas para nosotros, permanecer en situaciones o relaciones que las hacen profundamente infelices pero que no desean cambiar. Es como si su placer o refuerzo (lo que reciben y les compensa de estar de esa determinada manera) las hiciera pensar que son felices cuando objetivamente no lo son y las estamos viendo sufrir, desde nuestra perspectiva.

Muchas de estas situaciones encuentran su explicación en la infancia de dichas personas. Las experiencias más tempranas aún pueden seguir vivas e interfiriendo de manera encubierta con nuestra capacidad para crearnos la vida que deseamos. En nuestro camino se interponen conceptos negativos que hemos ASUMIDO tanto sobre nosotros mismos como sobre los demás, conceptos que probablemente aprendimos antes incluso aprender a hablar y, con seguridad, antes de que pudiéramos tener una mente adulta como la que poseemos. Estos conceptos asumidos pueden ser invisibles a nuestros ojos, pero son tan reales como una gran roca y ejercen una tremenda influencia en nuestra vida cotidiana.

Opuestamente a lo que algunas teorías promulgan, todos los recién nacidos llegan al mundo sintiéndose optimistas con respecto a las relaciones humanas, con una cantidad de felicidad interior,  adoran a sus padres y nacen con la convicción de que, como bebés, son seres tan adorables que sus padres, de forma natural, quieren cuidarles y darles mucho amor. Esto hace que los niños sientan que todo lo que experimentan, tanto lo bueno como lo malo, es una expresión del amor que necesitan porque eso ES LO QUE SUS PADRES QUIEREN PARA ELLOS. Como aman a sus padres plenamente, su MAYOR DESEO es imitarles en todo y tratarse a sí mismos igual que sus padres los tratan a ellos.

Con el paso del tiempo, el bienestar innato del niño criado por unos padres conscientes de si mismos y que entienden bien la educación infantil se hace fuerte como una roca y no se tambalea a pesar de los altos y bajos que puedan ocurrir en su vida. Ciertamente, cualquier persona que sufra una pérdida o una desilusión importante en la vida se sentirá triste, pero aquellas cuya felicidad interior es estable no desarrollaran la necesidad de culparse a sí mismos o a los demás buscando consuelo cuando las cosas no van bien.

Si por el contrario fuiste criado, con la mejor de las intenciones sin duda, por unos padres cuya inteligencia emocional era deficiente, y supongamos que ellos, siguiendo esa creencia popular (aunque dañina) de dejarte llorar hasta que te durmieras (pensando por su parte que eso te beneficiaría, te fortalecería el carácter y te haría más independiente cuando fueses mayor), te habrías quizás sentido angustiado no solo por el cansancio o la incomodidad lógicas en un bebé antes de dormir, sino porque tus padres, las personas más importantes para ti en esos momentos, no venían a rescatarte o consolarte. Si en los primeros años de su vida tus lágrimas no encontraron consuelo, en vez de pensar, como lo haría un observador imparcial adulto, que te estabas sintiendo mal, creerías que esa infelicidad que no fue consolada era el ESTADO IDEAL que tus adorados padres querían que experimentaras. Al sacar la conclusión de que esos sentimientos de infelicidad representaban la verdadera felicidad, de manera natural, desarrollaste un fuerte deseo o necesidad de volver a reproducir esos sentimientos. Al hacerte mayor, quizá hayas empezado a pensar inconscientemente que, ya que tus padres querían que te sintieras infeliz, cuando te sientes demasiado feliz estas traicionándoles o decepcionándoles.

En otras palabras, no llegamos a este mundo siendo ya poco sociables, manipuladores, con tendencia a ser malcriados, chantajistas o dependientes. No fueron nuestros genes los causantes de esos rasgos de nuestra personalidad que nos hacen a veces la vida difícil tanto a nosotros como a los que nos rodean. La sorprendente y simple verdad es que, sin darte cuenta, como la mayoría de la gente, en alguna ocasión probablemente hiciste que tu vida o (la de los que te rodean) fuera difícil o infeliz porque el amor que sentías por tus padres le llevó a confundir felicidad e infelicidad. Al fin y al cabo, el niño desea como fin último cumplir las expectativas y deseos de sus padres.

A MODO DE EJEMPLO:

Quizás seas una de las muchas personas que periódicamente se sienten inseguras o que creen no están a la altura de las circunstancias, es probable que cuando eras niño esperaran demasiado de ti (mucho más de lo que es exigible a un niño, pero que como niño desconocías que era excesivo), y por ello crecieras con el sentimiento de que, con frecuencia, estabas decepcionando a tus padres y a otros adultos importantes para ti al pensar que no estabas cumpliendo sus espectativas.

Esta sobreexigencia que se proyecta al niño suele tener su origen en la creencia errónea que a la mayoría de los padres se les enseña acerca del cuidado de sus hijos, y se trata del creer que al llegar a ser adultos, se comportarán socialmente como lo han hecho cuando eran niños, y también suelen pensar, erróneamente, que las buenas cualidades de los adultos, tales como la generosidad y la responsabilidad, deben enseñarse desde muy pronto o nunca se podrán aprender. En general, se espera que los niños, desde los primeros años de vida, sean sinceros, buenos hermanos, buenos perdedores, que coman bien y que hagan siempre sus tareas.

Si te has sentido identificado no temas, una adicción a la infelicidad no es el resultado de una voluntad débil, del temperamento con el que naciste o de un problema de carácter. Paradójicamente, es algo que surge del deseo innato y positivo de querer disfrutar de relaciones satisfactorias y de felicidad interior. Deseo constructivo que ha podido ser distorsionado involuntariamente a comienzos de la infancia y crear como resultado una necesidad no identificada de sentirse “feliz”, reproduciendo esa infelicidad que le es tan familiar de sentirse castigado, rechazado, desatendido o que le exigen demasiado.

No es nuestra intención culpar a los padres o a otros adultos que fueron importantes ti. Las personas que te cuidaron lo hicieron lo mejor que pudieron y, con seguridad, solo querían lo mejor para ti. Examinar las experiencias de tu infancia es útil porque la única manera de mejorar tu vida permanentemente es comprender por qué y cómo los efectos de estas experiencias te están influenciando hoy en día.

LIBRO: Adictos a la infelicidad.
AUTORES: Martha Heineman Pieper & William J. Pieper.

domingo, 27 de mayo de 2012

La ansiedad.. ¿Siempre es mala?

La Ansiedad


Siempre nos han hecho pensar que la ansiedad es algo malo para nosotr@s y nuestro cuerpo.. ¿Pero realmente siempre es así?

Aquí os dejo la definición de Ansiedad de la Wikipedia:

"Ante una situación de alerta, el organismo pone a funcionar el sistema adrenérgico. Por ejemplo, cuando el organismo considera necesario alimentarse, este sistema entra en funcionamiento y libera señales de alerta a todo el sistema nervioso central. Cuando se detecta una fuente de alimento para la cual se requiere actividad física, se disparan los mecanismos que liberan adrenalina, y se fuerza a todo el organismo a aportar energías de reserva para la consecución de una fuente energética muy superior a la que se está invirtiendo para conseguirla y que normalizará los valores que han disparado esa "alerta amarilla". En esos momentos el organismo, gracias a la adrenalina, pasa a un estado de "alerta roja".

El sistema dopaminérgico también se activa cuando el organismo considera que va a perder un bien preciado. En esta situación, el organismo entra en alerta amarilla ante la posibilidad de la existencia de una amenaza, que no es lo mismo que cuando la amenaza pasa a ser real, pues en ese caso lo que se libera es adrenalina.

Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud, que ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción frente a determinadas situaciones que tengan su cadena de sucesos de forma correlativa: alerta amarilla, alerta roja y consecución del objetivo. Si la cadena se rompe en algún momento y esas situaciones se presentan con asiduidad, entonces el organismo corre el riesgo de intoxicarse por dopaminas o por otras catecolaminas. Esas situaciones ayudan al organismo a resolver peligros o problemas puntuales de la vida cotidiana."


Ahora os dejo la definición de Ansiedad Patológica también de la Wikipedia:

"En las sociedades avanzadas modernas, esta característica innata del hombre se ha desarrollado de forma patológica y conforma, en algunos casos, cuadros sintomáticos que constituyen los denominados trastornos de ansiedad, que tiene consecuencias negativas y muy desagradables para quienes lo padecen. Entre los trastornos de ansiedad se encuentran las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, etc.

En el caso del trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad patológica se vive como una sensación difusa de angustia o miedo y deseo de huir, sin que quien lo sufre pueda identificar claramente el peligro o la causa de este sentimiento. Esta ansiedad patológica es resultado de los problemas de diversos tipos a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana, y sobre todo de sus ideas interiorizadas acerca de sus problemas."

Creo que la Wikipedia define perfectamente lo que es la Ansiedad como tal, buena y necesaria para momentos puntuales, y la Ansiedad cuando se vuelve patológica porque la sostenemos durante mucho en el tiempo.

¿Podemos hacer algo para manejarla?


Sí, por supuesto. 

El ejercicio físico, el Yoga, las técnicas de respiración, Las flores de Bach, entre otras muchas Terapias Naturales son efectivas para la Ansiedad. 

En otras ocasiones la Ansiedad es debida a otros factores como a los factores cognitivos (pensamientos) que tenemos acerca de nosotros mismos y el mundo. Este tipo de Ansiedad debe ser tratada en Psicoterapia.

¡Espero que este artículo haya  sido de vuestro interés!

jueves, 17 de mayo de 2012

¿Lo que quiero o lo que debo? ¿Cuándo elegir una cosa o la otra?

¿Hacemos caso a la Razón o a la Emoción? e ahí la cuestión..


Frente a esta pregunta... Soy de la opinión que depende de la situación. Nada es blanco o negro.. a veces es gris claro otras veces gris oscuro y otras.. ¡de colores!

Muchas veces nos vemos en la situación que lo que queremos no nos conviene.. nos hace daño pero aún así seguimos ahí, sin poder salir, atrapad@s en ese bucle.. la mayoría de veces por "enganche emocional", otras por no tener los recursos necesarios para salir de ahí y otras.. ¡hay tantas variables que afectan! Cada persona es un mundo y cada uno puede tener unos motivos diferentes.

Cuando nos planteamos qué hacer frente este tipo de situaciones lo tenemos claro.. "quiero no hacer tal cosa, no estar con tal persona.. pero al final siempre vuelvo al mismo sitio."

Cuando nos encontramos en este tipo de bucles negativos la solución parece fácil para el resto de las personas pero para nosotros no. Sabemos la teoría pero no podemos aplicarla... y esto.. ¿por qué? Porqué la Emoción puede a la Razón.

¿Y podemos hacer que la balanza se incline para el otro lado? ¿Que finalmente la Razón pese más que la Emoción y podamos salir de ahí? Sí... Claro.

Muchas veces con apoyo profesional, con pocas sesiones bastarán para que todo se solucione, otras veces uno mismo lo podrá hacer.. RECUERDA QUE TODO ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS.

Nosotros podemos hacer con nuestras vidas lo que queramos, el problema y la solución está dentro de nosotros. Nada es para siempre ni inmodificable.

Un recurso es pensar y decirse a uno mismo (hasta hartarse e incluso rayarse).. "HAZ CASO A LO QUE DEBES Y NO A LO QUE QUIERES".

RECUERDA: Los pensamientos se vuelven palabras y las palabras pensamientos.

Lo mismo pasa con las cosas buenas y maravillosas que nos pasan.. Es entonces cuando tenemos que dar rienda suelta a la Emoción (siempre con coherencia, claro) y no frenarnos por la Razón. Muchas veces no disfrutamos de algo porque creemos que no está bien hacer esto o tal cosa. La sociedad nos pone normas y reglas, unas incuestionables, otras no tanto. Nosotros mismos nos ponemos el freno, nadie más. Muchas veces dejamos de disfrutar de cosas maravillosas porqué la Razón puede a la Emoción.

Nosotros decidimos si algo está bien o no, si algo lo queremos en nuestra vida o no, nosotros somos dueños de nuestros sentimientos, de nuestros pensamientos, nosotros tenemos el control de nosotros mismos, nosotros decidimos cuándo, cómo y con quién queremos estar y ser felices. Nadie más que nosotros. 
Y si no podemos controlar algo que se nos escapa porque no depende de nosotros mismos, entonces déjalo estar, no conseguirás nada por más que lo intentes.



Espero que este post os sirva para PSICONECTAROS con vosotros mismos un poquito más.





viernes, 11 de mayo de 2012

10 Consejos para ser positivo

¿Cómo pensar en Positivo?

¿Cómo actúa la gente que tiene éxito? ¿Cómo son positivos? ¿qué ideas y qué métodos siguen? El staff of Investor’s Business Daily hizo un seguimiento de las personas con éxito en la vida, especialmente en el mundo de los negocios y en el ámbito profesional y laboral... Y estos son los diez consejos estrella:  


La forma de pensar es clave. Cómo piensas es determinante. Al respecto, "pensar positivamente en cada momento da una ventaja fundamental. Al respecto se deben visualizar éxitos no fracasos. Se debe evitar gente negativa y ambientes negativos. Eres lo que piensas".

Decide tus propios sueños y objetivos. Sé concreto a la hora de fijar tus objetivos. Por ejemplo no digas "me gustaría empezar a hacer ejercicio este mes" sino "voy a empezar a hacer ejercicio este mes". Haz un plan meticuloso y cúmplelo.

Pasa a la acción. Los objetivos por sí solos no tienen sentido sino se pasa a la acción para hacerlos realidad. Simplemente ponte a ejecutarlos sin vacilar. En el ejemplo anterior: Compra tu ropa de deporte, apúntate al gimnasio y controla el rendimiento creciente de tus dos primeras semanas..

Nunca dejes de aprender. Nunca pares de aprender, Toma clases, lee libros, participa en grupos, adquiere nuevas habilidades continuamente

Sé persistente y trabaja duro. Alguna vez habrás oído la expresión "el camino del éxito es una maratón, no un sprint". Mantén tu objetivo, lucha por él y trabaja duro de forma persistente. No te rindas.

Aprende a analizar los detalles. Obtén todos los hechos, pide todos los datos, todas la variables claves. Esto te ayudará a tomar las decisiones más sabias. Aprende de tus errores, pero no dejes que te batan. 

Centra tu tiempo y dinero. Cuando creas en algo, pon toda tu atención y energía en ello. No dejes que la gente te distraiga. 

No temas ser innovador. Sé diferente, intenta ser innovador. El mundo se mueve continuamente, progresando. No pares tu mundo. Ten ideas propias sobre lo que tiene éxito idea. No sigas la multitud.

Comunícate con la gente de forma efectiva. Una persona no es una isla. Comunica tus pensamientos y tus deseos de forma sincera. Anima a terceros a comunicarte de forma sincera contigo. Practica el entendimiento y la motivación con la gente. 

Actúa con honradez. Toma la responsabilidad de lo que haces. Nunca hagas trampas o mientas. Cuando hagas una promesa manténla. Cuando cometas un error admítelo. 


Artículo de euroresidentes.com 


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